Cuando tomamos decisiones que consideramos muy importantes, el proceso resulta más difícil, la cantidad de alternativas y consecuencias no se pueden evaluar y menos aún si tenemos poco tiempo para hacerlo.
No obstante una mirada sistémica de la situación nos permite comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento, que según el DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA es: Intuición.
El problema de muchas personas es que aun no confían en su intuición y la lógica sabotea las decisiones basadas en la intuición, porque creemos más en el mundo racional. Clarissa Pinkola dice que a lo largo de las generaciones, las capacidades intuitivas se convirtieron en corrientes enterradas en el interior a causa del desuso y de una infundada mala fama. No obstante, señala que en la psique jamas se pierde nada, por consiguiente este pozo de intuición instintiva no se ha perdido y cualquier cosa que esté escondida se puede recuperar.
La intuición tiene una cualidad que muchos de los métodos desarrollados para la toma de decisiones no pueden superar, se refiere a la rapidez con la que genera los resultados. Clarissa Pinkola lo describe así: “El gran poder de la intuición está formado por una vista interior, un oído interior, una percepción interior y una sabiduría interior tan veloces como un rayo”.
La intuición complementa al conocimiento, como la inteligencia emocional complementa a la analítica o académica, es por esto que los ejecutivos, gerentes, administradores y cualquier tomador de decisiones puede aprender a desarrollar esta habilidad para darle al proceso de toma de decisión una ventaja en cuanto a celeridad y certeza, que permita una respuesta eficiente y eficaz ante la dinámica del mundo actual que vivimos.
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